23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
—— (Gálatas 5: 22-23, RV95).
H
ablar de «el fruto» no es lo mismo que hablar de «los frutos». Un fruto es singular, solo uno. Mientras que frutos refiere a varios, ya sea de la misma o de diferentes especies. Entonces, ¿cómo es que se nombran nueve virtudes para el fruto del Espíritu? Déjame poner un ejemplo.
Cierto día, mientras íbamos de viaje, a la orilla de la carretera, vi una pila de frutos grandes de color amarillo, verde o café, no sé exactamente cual sobresalía más. Nunca antes lo había visto y pregunté a mi esposo cuál era aquel fruto. Me dijo que se llamaba jaca o yaca. Luego supe que se da en Nayarit y en Martínez de la Torre, Veracruz. Este fruto tiene una característica muy particular: al paladar sabe a muchas otras frutas, como el plátano, mango, piña, melón, naranja y papaya. Son muchas frutas pero es un único fruto..
Lo mismo sucede con el fruto que el cristiano debe dar al mundo después de recibir el Espíritu Santo. Cuando se dice que contra tales cosas no hay ley, quiere decir que no hay ninguna condenación para el que tiene todo ese conjunto de virtudes que conforman el fruto del Espíritu Santo. El enemigo no puede acusar a ningún hijo de Dios de quebrantar su ley, si este último vive con todas las cualidades del Espíritu Santo. El primero que se presenta es el amor,una virtud tan degradada por el mundo en su significado. Amor es mucho más que enamoramiento, es mucho más que el deseo sexual. .
El verdadero amor no se vive únicamente por los amigos sino también por los enemigos (Mateo 5:43). Aquí es donde muchos no pasamos el examen, porque el verdadero amor no es un sentimiento, es una persona. Necesitamos entender que si no amamos de verdad, el enemigo tiene pruebas para acusarnos ante el trono de Dios..