Matutina para Damas | Miércoles 29 de Enero de 2025 | Código Hammurabi Vs. Código Divino
Matutina para Damas | Miércoles 29 de Enero de 2025 |
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abe destacar que Sarai era una mujer muy hermosa y segura de sí misma, con una personalidad imponente y autoritaria, pero con una tristeza más grande que todas sus grandes virtudes por el deseo incumplido de ser madre. Sarai vivía en constante angustia porque en aquel tiempo la esterilidad era considerada una maldición, un castigo de Dios.
Imagino que conocía los códigos legales de Mesopotamia escritos por Hammurabi que permitían que una sierva diera un hijo legítimo a su señora. Haciendo uso de su carácter y autoridad, dio su sierva a su esposo para darle una mano a Dios con la promesa de tener un hijo, ya que habían pasado diez años y esta aún no se cumplía.
Abram y Sarai tenían los códigos divinos que les traerían dicha, armonía y entera satisfacción en el hogar mientras los obedecieran. También conocían los códigos humanos que permitían lo que Dios no permitía. Justificando así sus acciones se inclinaron por seguir el código equivocado. Como consecuencia, el ambiente familiar armonioso que se vivía se esfumó y aparecieron envidias, celos, pleitos y rivalidad e inclusive el castigo corporal a Agar por parte de Sarai.
En la actualidad, las leyes humanas en algunos países han legalizado el consumo de sustancias nocivas, el casamiento entre personas del mismo género y el aborto de una criatura, por mencionar algunos. Sin embargo, que esté permitido por los hombres no significa que esté permitido por Dios. Las leyes que los legisladores aprueban para su propio beneficio y que van en contra de las leyes divinas, nunca traerán paz y felicidad a nuestra vida.
Tres espondoforos, o mensajeros de la paz, partían desde el santuario de Olimpia para anunciar a todos los pueblos griegos que la tregua había comenzado. Desde ese momento se paralizaban las guerras y se prohibía categóricamente el uso de armas. Los ejércitos se replegaban a sus cuarteles de origen y los soldados regresaban por unos días a sus hogares para celebrar las festividades de la paz. Los pueblos del entorno se tomaban tan en serio esta tregua que en los 1.168 años en que estuvieron vigentes las olimpiadas clásicas griegas tan solo en dos ocasiones se rompió, y fue por desconocimiento de la ley por parte de extranjeros.
Es la falta de fe la que nos lleva a pensar que Dios se olvidó de nosotras y en ese valle oscuro de la duda somos capaces de tomar decisiones que acarrean más penumbra al problema que quisimos resolver. La mente infalible de Dios no necesita que le presentemos nuestros pobres códigos, ya que estos distan mucho de ser lo que Dios anhela para nosotros. Esperar que el Señor actúe, siempre será mejor que apresurarnos a realizar lo que creemos correcto.
Querida amiga, no necesitas hacer uso de las leyes modernas. Deja hoy en manos de Dios toda tu angustia, tus anhelos y tus planes. Permite al Espíritu Santo infundirte aliento y espera pacientemente en el Señor, si espera en él.